Tanto las cocinas de gas como las eléctricas son dos de las opciones que más se solicitan en el mercado hoy en día. Sin embargo, cada una presenta una serie de ventajas y desventajas que hacen que te decantes por una o por otra según tus necesidades principales y tus preferencias.
Si estás pensando en reforma tu cocina o empezar una vivienda de cero, este artículo será de tu ayuda. Aclarará todas tus dudas. ¡Marchando una de cocinas!
Las cocinas de gas
La cocina de gas supuso en su momento una revolución y, hoy en día, hay personas que aún se decantan por este tipo de instalación. En primer lugar, las cocinas de gas requieren un suministro de gas natural o propano y una instalación especializada. Aunque parezca algo antiguo, cocinar en este tipo de cocinas tienen una serie de ventajas que la convierten en una opción muy solicitada a empresas que se dedican a la instalación de cocinas.
- Calor inmediato: Una de las principales aportaciones de las cocinas de gas es la rapidez en la que se puede calentar la comida. Lo que las hace ideales para cocinar a altas temperaturas y para cocinar alimentos que tienen mucha cantidad de líquidos.
- Control de la temperatura: Gracias a los encendedores circulares, es fácil controlar la temperatura, ya que simplemente se gira el mando para aumentar o disminuir el flujo de gas.
- Económico: Una cocina de gas es más económica en términos de costo de funcionamiento que una cocina eléctrica. La botella de butano suele estar en unos 18 euros de media y la de propano 16 euros. Además, si solo se usa para cocinar, nos podría aguantar más o menos 4 meses.
Sin embargo, también tiene sus cosas menos buenas:
- Menos seguras: Las cocinas de gas son consideradas menos seguras que las eléctricas debido al riesgo de fugas de gas y explosiones si no se instalan correctamente.
- Generan humo: Las cocinas de gas pueden generar humo y/o mal olor.
- Más sucias: las cocinas de gas requiere limpieza de los quemadores y del horno regularmente.
Las cocinas eléctricas
Las cocinas eléctricas llegaron a nuestras vidas a finales del siglo XIX. El pistoletazo de salida fue en 1891, cuando el inventor Willis Carrier patentó el primer horno eléctrico. Así, poco a poco, fue tomando forma a lo que hoy conocemos como cocinas eléctricas. Hoy en día, están disponibles en una variedad de tamaños y estilos, con características y funciones avanzadas para satisfacer las necesidades para cualquier persona.
- Calor gradual: Una de las principales características de este tipo de cocinas es que regulan la temperatura. Esto supone que tardan más en calentar la comida
- Más seguras: Son consideradas una de las cocinas más seguras del mercado, ya que no requieren un suministro de gas para su funcionamiento, evitando riesgos de fugas.
- Fácil de limpiar: A diferencia de las cocinas de gas, estas son más fáciles de limpiar gracias a la falta de fuegos.
Pero no es oro todo lo que reluce. Al igual que las cocinas de gas, las eléctricas también tienen sus contras:
- Calor gradual: A tener la temperatura regulada, a la hora de cocinar la comida tarda más en calentarse.
- Más caras: Las cocinas eléctricas son más caras que las de gas debido al coste de la electricidad.
Como has podido comprobar, ambas cocinas presentan sus pros y sus contras. Si prefieres una cocina más rápida y más fácil de controlar la temperatura, lo que buscas es una de gas. Sin embargo, si necesitas una cocina más segura y fácil de limpiar, la mejor opción es la eléctrica. La elección dependerá de tus preferencias y necesidades.